Está de moda hablar de ética y sostenibilidad en la moda

Cada vez más empresas se están subiendo al carro. Últimamente hasta una marca de vaqueros nos incita en su publicidad televisada a «comprar menos», «llevarlo más tiempo», «tirar menos», etc. Pero la realidad es que tan solo un 7% de los consumidores afirman que la fabricación sostenible de la moda les influye a la hora de decidir si comprar una prenda1.

Sostenibilidad y ética están estrechamente relacionadas. Veamos brevemente por separado lo que cada uno de estos conceptos engloba. Esto nos permite analizar la situación general y posicionarnos respecto a ella.

Sostenible es una actividad que se puede llevar a cabo indefinidamente

algodón

El cultivo del algodón a gran escala consume enormes cantidades de agua y requiere el uso de herbicidas y pesticidas.

Si hablamos de sostenibilidad, nos referimos al impacto ambiental que tiene una determinada actividad. Para que una actividad sea 100% sostenible, ese impacto debe ser cero. Dado que si no lo es, esa actividad consume recursos naturales, reduciendo la disponibilidad de dichos recursos. Esto se refiere al conjunto de tareas relacionadas con la actividad. Por ejemplo, si plantamos algodón todos los años de nuevo, esa actividad no llega a ser sostenible. Usamos otros recursos como agua — unos 20.000 litros de agua por cada kilo de algodón2 — combustible etc. y empleamos sustancias que pueden mermar el medio ambiente como herbicidas, pesticidas, fertilizantes y demás. También reservamos para nuestra actividad las superficies de cultivo. Así dejan de estar disponibles para plantas y animales salvajes, es decir las que naturalmente estarían allí, si no fuera por nuestros cultivos.

Entendemos también que lo sostenible ha de ser por definición ecológico en el sentido de que no debe tener efecto negativo sobre el medio ambiente. No obstante, sostenibilidad va más allá de lo ecológico porque incluye la renovación de los recursos utilizados.

Así por ejemplo, el proceso del teñido de textiles es bastante problemático a varios niveles, ya que se utiliza gran cantidad de agua y productos químicos – los propios pigmentos y agentes de fijación, etc – que son nocvios tanto para las personas que trabajan con ellos como para el medio ambiente, que es donde terminan los vertidos de esta actividad.

Dicho esto, es cierto que se han desarrollado técnicas de teñido sin agua que eliminan estos problemas por lo menos en parte. No obstante, son bastante más caras al utilizar maquinaria especializada y requerir de instalaciones relativamente complejas. Estas máquinas, además, han de ser manejadas por operarios con formación específica, lo que supone un importante incremento en los costes de personal, comparado con las técnicas manuales tradicionales.

La ética es un concepto que demarca la admisibilidad de determinadas conductas

La definición de ética, pero sobre todo su aplicación, depende en gran medida de factores económicos, culturales y de desarrollo social. La conducta ética incluye en cierto grado la sostenibilidad, ya que se está llegando a pensar en que actividades que no son sostenibles no son éticas. Estamos empezando a tratar el medio ambiente como un ente con características que hemos de proteger, dotándolo – en efecto – de derechos. Sin embargo, la ética contempla sobre todo las relaciones entre las personas, y nos guía sobre qué es aceptable y qué no lo es. De ahí vienen conceptos como los derechos humanos, los derechos civiles, los de los trabajadores, etc.

Por desgracia, tanto la explotación y el abuso a humanos como al medio ambiente son habituales en la industria de la moda. Por ejemplo, es un hecho que en la India, la tasa de trabajadores menores de edad en la industria textil, en vez de disminuir, sigue creciendo3. La película «The True Cost» (El coste real) de Andrew Morgan pone de forma impactante esta realidad en evidencia.

¿Cómo causa la industria del textil y de la moda problemas ambientales?

El principal problema es causado por una inmensa sobreproducción de la cual tan solo el 1% entra en un reciclaje circular y el 73% termina siendo basura. Si sumamos a esto transportes, el uso de detergentes y otros productos para el tratamiento y el cuidado de la ropa, no es difícil ver que la industria de la moda es una grave causa de problemas para el medio ambiente.

Esto está impulsado por un bucle de retroalimentación entre la demanda y la oferta de moda. El consumidor usa sus textiles cada vez menos tiempo y los reemplaza por nuevos en ciclos cada vez más cortos. La industria, liderada por los grandes minoristas se esfuerza por alimentar esta demanda y crear cada vez más.

El flujo de materiales en la industria de la moda

Gráfica del flujo de materiales en la industria de la moda

Fuente: Adaptado de Ellen Macarthur Foundation encontrado en Circulardesignguide y en Interreg Central Europe

Desde la fibra hasta la prenda

El impacto social y ambiental de la industria de la moda es considerable. Los procesos que llevan hasta la prenda terminada – la producción de las fibras y su teñido, el tejido de la tela y su estampado así como el diseño, el corte y la confección – dejan importantes huellas sobre el medio ambiente. También se ven afectadas las personas que trabajan en la industria. Se estima que a nivel mundial unas 300 millones de personas trabajan en la industria de la moda. En muchos países, sobre todo en los más pobres – pero no exclusivamente – los trabajadores son explotados, obligados a trabajar en condiciones infrahumanas y peligrosas por pura necesidad económica.

Transporte

En lo que a impacto ambiental se refiere, tampoco hay que olvidar el considerable volumen de transporte que se lleva a cabo a nivel mundial. Los distintos procesos muchas veces se realizan en sitios lejanos unos de los otros. Y una vez terminada la prenda hay que hacérsela llegar al consumidor.

Los vertidos de prenda terminada crecen

ética y sostenibilidad en la moda - vertedero de textil con bulldozer

Casi tres cuartos de la producción de prendas textiles termina en el vertedero.

De las aproximadamente 53 millones de toneladas de textil producidas anualmente en el mundo, unas 39 millones de toneladas terminan en vertederos o son incineradas. Tan solo 500.000 toneladas, el 1%, entran en un ciclo de reciclaje cerrado, en el cual el material se recicla para obtener producto de una calidad parecida al original4. Si miramos el reciclaje con el que se transforman las prendas en productos de calidad inferior (por ejemplo material de aislamiento, trapos para limpiar o relleno de colchones), vemos que unas 6.4 millones de toneladas de material son rescatadas. Cifra prácticamente idéntica a las ‘pérdidas’ de producción formadas por retales y liquidación de excedentes de almacén.

Trágicamente, el poco textil que sí se destina a la reutilización a gran escala causa sus propios problemas. Muchas prendas que desechamos en el llamado primer mundo son exportadas a países más pobres, entre ellos muchos países en el continente africano. Allí son vendidas a precios extremadamente reducidos que ahogan la producción de ropa local5. El consumidor local se convierte en otro cómplice más del fast fashion – solo que a otro nivel.

La moda artesanal no se ve tan involucrada en los problemas que son causados por el fast-fashion

Lo más importante que la moda artesanal aporta es la producción ética de productos que no atienden a la filosofía de la moda rápida y desechable.

Esto no significa que no exista ningún problema. Al fin y al cabo es prácticamente imposible desprenderse del complejo ecosistema que conforma la industria del textil y de la moda. Aunque aprovechemos los retales y los ‘cut-offs’ de la industria y fabriquemos productos cuyas características sí son compatibles con la ética y sostenibilidad en la moda, no podemos controlar toda la cadena de suministro que atraviesan esas materias hasta llegar a nuestros talleres.

Muchas veces tampoco es posible abastecerse de productos de proveniencia sostenible. Aparte de que no es fácil encontrarlos, nuestra experiencia es que a los productores de esos materiales no les interesa un pequeño taller Canario: No somos compradores de mucho volumen. También está la cuestión del transporte: un material pierde gran parte de su sostenibilidad si tengo que traerlo al taller a través de medio mundo. Por otra parte tampoco existe mucha producción local de material sostenible que sirva nuestras exigencias económicas, estéticas y técnicas.

Así que lo más importante que la moda artesanal aporta a la causa del movimiento de la sostenibilidad es la producción local de productos que no atienden a la filosofía de la moda rápida y desechable.

Farobag comprometida con la ética y la sostenibilidad en la moda

ética y sostenibilidad en la moda - taller de la modista Elisa Durán

La modista Elisa Durán, diseñadora de Farobag, trabaja en su taller.

Como taller artesano, en Farobag tenemos la ventaja de poder trabajar más cerca de las personas, de nuestros clientes. Por eso nos entendemos como parte de la solución a los retos a los que se enfrenta la ética y la sostenibilidad en la moda. A nuestro nivel de operación, la contaminación del medio ambiente es prácticamente nula. Usamos retales – cut offs – de la industria, con lo que asistimos en el reciclado de textil que en otras circunstancias podría terminar siendo vertido o incinerado. Al no trabajar con las prisas de la industria, nos tomamos más tiempo tanto en la fase de diseño como en la fabricación. Esto resulta en productos hechos a conciencia, pensados para ser útiles, estéticos y duraderos. Nuestro proceso es tal que siempre tenemos el producto entre manos; en cada fase de su creación. Así nos distinguimos de los trabajadores de las grandes fábricas, donde cada uno hace un movimiento repetitivo, una pequeña parte del proceso y por supuesto no participa en decisiones sobre diseño o estética.

Es cierto que esto resulta en precios más elevados que si se tratara de una producción en masa. Pero eso es relativo, porque lo más probable es que el producto hecho en una línea de montaje donde el volumen y la velocidad son los factores más importantes, dure menos. Además, en Farobag te damos la oportunidad de participar en el diseño de tu prenda o bolso de tela. Puedes elegir telas, cortes y diseños, y te lo fabricamos a tu gusto.

Referencias


1 Lehman et al.; Pulse of the Fashion Industry – 2019 Update, p. 23

2 WWF: The Impact of a Cotton T-Shirt

3 Retired at Eighteen: Political Economy of Child Labour in the Textiles and Allied Industries in India

5 A New Textiles Economy – Redesigning Fashion’s Future

4 El negocio de la ropa de segunda mano y su impacto en África

Bibliografía


María Lourdes Delgado Luque y Miguel Ángel Gardetti
Manual de Moda Sostenible
Arcopress, 2019

EURATEX
Facts & Key Figures of the European Textile and Clothing Industry
2022 Edition

Ellen Macarthur Foundation & Circulrar Fibres Initiative
A New Textiles Economy – Redesigning Fashion’s Future Update 12/2017

Laura Manzano Zambruno
Moda sostenible y hábitos de consumo
Universidad de Sevilla – 2013/2014

Morten Lehmann, Gizem Arici, Sebastian Boger, Catharina Martinez-Pardo, Felix Krueger, Margret Schneider, Baptiste Carrière-Pradal y Dana Schou
Pulse of the Fashion Industry – 2019 Update
Publicado por Global Fashion Agenda, Boston Consulting Group y Sustainable Apparel Coalition

Aghijit Mukhopadhyay
Retired at Eighteen: Political Economy of Child Labour in the Textiles and Allied Industries in India

Preferred Fiber & Materials – Market Report 2020
Textile Exchange

Strategic Agenda on Textile Waste Management and Recycling
Interreg Central Europe – ENTeR – 2016

Joan Fuster
El negocio de la ropa de segunda mano y su impacto en África
Post en UnitedExplanations

Relación de imagenes:


En orden de aparición.

Taller artesano en imagen titular, izquierda: Pixbay

Fábrica textil en imagen titular, centro: Fahad Faisal, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Mujer en vertedero en imagen titular, derecha: Max Pixel

Algodón: pixbay

Bulldozer en vertedero: Max Pixel

Elisa Durán cosiendo: Elaboración propia